José Martí ante la telefonía
15 de octubre de 2021
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Para una persona como Martí, quien, en su indudable afán por comunicarse se valió del periodismo para contactar a distancia a sus lectores, y que fue orador de reconocido atractivo sobre sus audiencias además de ameno conversador en grupo, la telefonía tuvo que ser tema de su interés. Así lo evidencian algunas notas que incluyera en su “Sección Constante” para el diario La Opinión Nacional de Caracas.
En la “Sección” publicada el 21 de diciembre de 1881 incluye una nota dedicada a un inventor de la ciudad alemana de Sttutgart, de apellido Jein, quien “ha imaginado un teléfono que se cree por las autoridades competentes en la materia que es superior a los conocidos hasta hoy.” Continúa describiendo así las características del funcionamiento de este aparato: “El centro del electroimán no consiste como los demás en una barra maciza de hierro dulce; sino en un gran número de láminas de alambre de hierro, aisladas entre sí. El aumento de inducción se produce por este medio por efecto de que el cambio de magnetismo que resulta de la vibración del diafragma tiene lugar más rápidamente. Como la sección está dividida en segmentos, la atracción resulta uniforme, lo cual influye en la claridad de los sonidos” Y tras esta explicación técnica refiere las bondades de ese nuevo teléfono para el usuario: “Estos teléfonos pueden funcionar a gran distancia y con grandes resistencias. Los teléfonos de Mr. Jein no necesitan llamadores especiales; un pequeño tubo basta para hacer fácil la llamada en la estación correspondiente.”
Martí, sin dudas, sabía interesar al conocedor de la técnica como al usuario que solo quería entablar la comunicación a distancia.
Ya antes, en la “Sección Constante” aparecida el 16 de noviembre de 1881, se había ocupado de la telefonía a larga distancia, en esta ocasión del empleo de la electricidad como trasmisora del sonido. Se refiere al teléfono inventado por el físico alemán Heinrich Herz, un estudioso bien reconocido por haber demostrado la trasmisión de la electricidad por ondas electromagnéticas a la velocidad de la luz y cuyo nombre, como hercio denomina la unidad de frecuencia. Martí destaca que su teléfono cubrió perfectamente más de 900 kilómetros entre dos poblaciones, por lo que Herz “reclama paras sí el honor de haber resuelto dos dificultades: la de aumentar la amplitud de las vibraciones eléctricas y la de neutralizar las corrientes extrañas al circuito telefónico.”
Por otro lado, apasionado del teatro, el Maestro incluye una nota el 20 de enero de 1882 acerca del teléfono teatral, donde informa de que varias escenas italianas se ufanaban de disponer de ellos al igual que en Alemania, el palacio del emperador de Austria y un salón del palacio presidencial de Francia.
Sin embargo, el 1º de enero de 1882 abre la “Sección Constante” de ese día con ese mismo asunto pues informa de un salón parisino dedicado a ese menester de escuchar telefónicamente las funciones teatrales. Martí, sin embargo, desaprueba esa práctica con la siguiente argumentación: “Más parece que, en vez de satisfacer, desagrada esa manera violenta e imperfecta de oír obras dramáticas, que tienen su mayor encanto en el gesto rápido, la mirada, la apostura, la apariencia plástica. Y es también el nuevo modo de oír dramas muy desfavorable a los autores—porque no deslumbrados los sentidos con el aparato escénico, la destreza del actor, el reflejo de la sala, la belleza de la actriz, queda libre la mente, que con frialdad implacable repele todo lo que tiene de innatural, forzado o artificial la obra oída.”
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