AUKUS: golpe al equilibrio estratégico de Asia-Pacífico
27 de septiembre de 2021
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El regreso del gobierno imperialista de Estados Unidos a la vieja política de pactos militares, que tuvo su esplendor en las décadas del 40 y el 50 del pasado siglo, fue anunciado oficialmente con la formación de AUKUS (Estados Unidos, Reino Unido y Australia), un entendimiento estratégico que incluye, además, un fabuloso contrato económico por valor de más de 30 mil millones de euros que, de este modo, le fue arrebatado a Francia y otorgado a los nuevos patrocinadores de Washington y Londres.
El citado contrato incluye la construcción de doce submarinos con destino a la marina de guerra australiana, movidos por energía nuclear y con características mucho más modernas y tecnologías de punta respecto a los anteriormente contratados con los franceses. Obviamente, el nuevo entendimiento implica la transferencia de tecnología nuclear a los compradores y es -como ya muchos han señalado-, una violación flagrante del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), actualmente vigente mediante Naciones Unidas y con carácter vinculante.
El pacto como tal rompe de un golpe demoledor el equilibrio estratégico en la vasta región Asia-Pacífico, que los países del área habían tratado cuidadosamente de mantener, en particular los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que a partir de ahora se verán envueltos en la zona de operaciones de la recién constituida alianza, una entente agresiva e integrada por factores intervencionistas y ajenos a los intereses y la seguridad de esas naciones del sur de Asia y su entorno,
Para los miembros de la ASEAN pudiera convertirse en una trampa estratégica de consecuencias imprevisibles, si son finalmente arrastrados por los objetivos imperialistas norteamericanos respecto a la región Asia-Pacífico, que ya habían sido expuestos por Barack Obama hace casi diez años y le conceden `prioridad numero uno en la clasificación imperial.
Algunos de ellos, como Malasia e Indonesia, han expresado su preocupación y perplejidad ante un hecho que aparentemente les ha sorprendido. Otros países asiáticos, como China y la República Popular Democrática de Corea, lo han condenado y desenmascarado sus reales propósitos.
El pacto AUKUS ha tenido también implicaciones extra regionales, pues el golpe a Francia se ha hecho sentir en la Unión Europea, que confirma así, -una vez más,- la poca confiabilidad de sus socios yanquis, quienes ponen sus intereses propios por encima de cualquier alianza o entendimiento y se ratifican como aliados poco o nada confiables.
La obsesión, fobia o temor antichino por parte del gobierno imperialista de Estados Unidos salen a relucir claramente como la verdadera intención de este pacto, rememorativo de la cadena tejida durante los años de la llamada “guerra fría”, entre los cuales solo la OTAN ha sobrevivido.
El futuro de AUKUS queda aún por escribir.
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