¡Aproxímase el temible equinoccio!
20 de septiembre de 2021
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Así exclamaban timoneles, vigías y capitanes, hombres de mar de los siglos XVIII y XIX, a la vista del noveno mes del año. Se referían al equinoccio de otoño para el hemisferio norte, punto de la órbita terrestre que se alcanza alrededor del 22-23 de septiembre.
Por entonces, tanto a bordo como en tierra firme, en las juntas de pilotos e incluso en las tabernas del puerto, no se hablaba de temporada de huracanes sino de la llegada del “equinoccio” como alusión al período de máxima actividad ciclónica en el océano Atlántico. Visto de esa manera, el equinoccio apuntaba al intervalo con mayor riesgo de ser azotados por tormentas tropicales (o subtropicales) en las medianías del trimestre de agosto a octubre.
La asociación del huracán con el equinoccio de septiembre está conectada con la astrometeorología, reglas empíricas para la predicción del tiempo atmosférico que tomaban en cuenta el aspecto y la posición del sol, la luna y los planetas.
Según estos criterios de la meteorología precientífica, el orto de las constelaciones y el centelleo de las estrellas, el color de las nubes y los halos solares, el claro de luna y otros fotometeoros, eran indicadores relevantes para los marinos. Así lo enseñaban los maestres en las escuelas de Náutica; ¡y cuidado con calificarlos de ignorantes! Ellos eran tan inteligentes y diestros como nosotros, solo que aplicaban los saberes intrínsecos de la etapa en que vivieron. Ideas como esas antecedieron y propiciaron la construcción del conocimiento actual, que también será juzgado en los tiempos por venir. No lo olvidemos.
El asunto está en que muchos años después de recelar la proximidad del equinoccio, la estadística hizo ver que la ciclogénesis en el Atlántico alcanza su punto máximo a mediados de septiembre; es decir, unos días antes del equinoccio de otoño, cuando el vasto océano septentrional acumula gran cantidad de calor y la circulación atmosférica resulta conducente a tales procesos. De esa manera, el análisis de datos confirmó lo que aquellos marinos intuyeron al contrastar la profusión de tormentas con la posición del sol en las constelaciones del zodiaco.
En 2021, el equinoccio que inicia el otoño boreal ocurre el 22 de septiembre, a las 19:21 UTC (15:21 hora de Cuba). En ese momento el sol alcanza el primer punto de Libra, que el movimiento de precesión ha desplazado ahora a la constelación de Virgo.
En realidad habría mucho más por decir, pero me limito a recordar la frase olvidada, pronunciada con justificado temor por los marinos que hace tres siglos se hacían a la mar desde La Habana, enfilando hacia Cádiz o Vigo, por itinerarios insospechados y sin garantías de retorno.
Muchos años después, inmersos en la modernidad que sustentamos con poderosos recursos científicos y tecnológicos, seguimos constatando el poder colosal del mar y del viento; y comprendemos, cuando llega septiembre, porqué los marinos de tiempos pasados pronunciaban con inquietud la frase que recogen los libros antiguos: ¡Aproxímase el temible equinoccio!
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