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Otra arremetida contra Nicaragua

16 de junio de 2021

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Otro convite para planear sanciones y otras formas de injerencias contra países soberanos de América Latina. Esta vez tocó a Nicaragua y el promotor de las amenazas y el odio fue una vez más Luis Almagro, secretario general de la OEA.
Para la capital de Estados Unidos —y sede de la OEA— fue convocado este martes el Consejo Permanente de esa organización con el tema Nicaragua como único punto de análisis. Y, al respecto, se llevó un proyecto de resolución auspiciado por Estados Unidos y en componenda con otros gobiernos de la región, especialmente motivado por Almagro, que, desde su primer párrafo y hasta la última línea, es pura intromisión en los asuntos internos de la nación centroamericana.
El objetivo, diseñado desde el momento mismo en que el gobierno sandinista convocó a elecciones presidenciales para el próximo 7de noviembre, es cuestionar el modelo electoral de Managua, presionar para que se violen las normas y —muy especialmente— incentivar un proceso desestabilizador y un caos interno, donde las figuras de la oposición sean estimuladas a prácticas ilegales, que el gobierno tome acciones contra ellos y se monte el típico show mediático en defensa de supuestas «víctimas» de la represión sandinista.
No por casualidad, la Subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Julie Chung, pidió a la OEA enviar una «señal clara» a Nicaragua, y calificó de «campaña de terror» la aplicación de la ley por el gobierno de Managua.
Almagro, especialista en cumplir órdenes de sus amos estadounidenses, fue más allá e instó a sus miembros de la desprestigiada organización a que suspendan la participación de ese país en este organismo tras la detención de varios políticos opositores.
En resumen, propuso expulsar a Nicaragua de la OEA, algo que, en realidad, soy del criterio de que sería más honroso que seguir en ella bajo la batuta de semejante personaje.
El gobierno sandinista ha declarado que no permitirá injerencia extranjera en sus asuntos internos y denuncia un ataque mediático de enormes dimensiones en su contra.
De igual forma, ha asegurado que no aceptará la intromisión de otros países en el proceso de investigación de un grupo de opositores detenidos. La mayoría de ellos están siendo investigados por «incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos» y «pedir intervenciones militares» contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega, entre otros delitos.
Recordemos solo dos hechos recientes: el golpe de estado de 2019 en Bolivia contra el gobierno de Evo Morales, auspiciado por la OEA y Almagro, con guión del Departamento de Estado norteamericano. Y, otro elemento que sintetiza qué es esa institución lo constituye presencia entre los reunidos este martes en Washington, de alguien que dice representar a Venezuela. Se trata de Gustavo Tarre Briceño, un fantoche designado por Juan Guaidó, alguien que ni forma parte del gobierno de Caracas, ni responde para nada al pueblo bolivariano soberano y digno.

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