Antiguo Banco Nacional de Cuba: joya arquitectónica del siglo XX

4 de junio de 2021

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Yamira Rodríguez Marcano

 

 

Era usual en los edificios dedicados a la función bancaria que los niveles superiores fueran utilizados para la renta de diferentes compañías mercantiles, así en la sede del entonces Banco Nacional se encontraban bufetes de reconocidos profesionales, despachos de empresarios norteamericanos, grandes compañías de vapores, entre otros.

Se le construyó, además, un amplio sótano, al cual se podía acceder por una escalera de mármol que partía de la propia entrada, derramada en los últimos pasos, y donde se instalaron las bóvedas y cajas de seguridad.

La bóveda fue ejecutada por la “Herving Hall Marvin Safe Co.” de New York. Su puerta pesa entre 12 y 14 toneladas, con un grosor de 9 pulgadas.

Su fachada se afilió a los códigos clásicos, remedando los elementos compositivos de la arquitectura griega, dentro de la filiación ecléctica. Resalta a la vista, el primer cuerpo formado por el primero y el segundo piso, unidos por un pórtico compuesto de un soportal corintio que sostiene un gran frontón, jerarquizando así la entrada principal del edificio. El uso de estos cánones le aportaban al mismo una ampulosidad y solidez que anunciaban, simbólicamente, la importancia de su función. Seguidamente, se accedía al gran salón donde estaban colocados los mostradores con numerosas ventanillas para la atención al público.

 

 

La decoración abundante reinó en todo el edificio, fundamentalmente en maderas preciosas, mármoles, bronces y vidrios, destacándose el lucernario a partir del primer piso y la ornamentación de las puertas.

Interiormente, el edificio quedó comunicado por escaleras de mármol y hierro fundido, y por ascensores eléctricos, mediante los cuales se accedía a las plantas superiores y se podía llegar a ellos desde las puertas abiertas por la calle Cuba. La superficie total construida en esta primera fase fue de aproximadamente 2 135 m², con una altura total de 24,69 m, y se realizó en veintiún meses.

 

 

La revista El Fígaro, de 1907, recogió el impacto de su inauguración con la siguiente crónica:

“Ya tiene la Habana un edificio que recuerde a los magníficos que se levantan en las grandes capitales para usos análogos…el consejo del Banco celebra su recepción oficial el sábado por la noche, con la asistencia de las Autoridades y la Prensa exclusivamente. Al día siguiente, el domingo, de 7 a 12 del día y de 9 a 12 de la noche recibiremos a los depositantes de cuentas corrientes, a todos nuestros clientes y a un selecto grupo de la alta sociedad habanera…Los primeros Presidentes fueron cubanos los señores Luis S. Galbán y B. Rabell. Desde febrero de este año ocupa tan importante puesto Mr. Edmund G. Vaughan, muy estimado en nuestros altos círculos financieros y relacionado con el gran mundo habanero. Hace cuatro años que viene siendo reelegido para el cargo presidencial, en pro a sus grandes trabajos de organización a los esfuerzos que ha realizado y realiza para el engrandecimiento del Banco que se prueba conociendo este dato sugestivo: cuando Mr. Vaugahn llegó a la presidencia del Banco, el activo de la institución era de siete millones y medio de pesos; hoy es de más de veinte millones. Debemos agregar además que Mr. Vaughan es también Presidente de “Gas y Electricidad de Cuba” y del “Club de esta Ciudad” …A su lado tiene una capacidad financiera de primer orden: a Mr. W. A Merchant, que ocupa la primera Vice-Presidencia del Banco, y que es la figura económica más importante de la casa…Recorríamos uno por uno todos los departamentos del nuevo edificio. ¡Todo admirable! No falta en ello ningún detalle de arte, de confort, de lujo. El despacho del Presidente y el del Vice-Presidente son originalísimos y modelos en su género…

 

 

Mención especial merece la gran bóveda para cajas o aparatos de seguridad, construida con planchas de acero iguales a las que se usan en la construcción de los buques de guerra y tan resistente como una fortaleza; su puerta solo pesa más de catorce toneladas; su registro de cuatro relojes hace imposible abrirla en horas que no sean de trabajo. Los aparatos son absolutamente privados y solo el cliente puede abrirlo con la asistencia de un funcionario del Banco; separadamente no podría abrirlo ninguno de los dos. Cerca de esta bóveda se encuentran compartimientos privados o cuartitos de varios tamaños para aquellos que deseen usarlos en combinación con sus apartados. Los apartados son de varios tamaños y varían de precio, siendo los más baratos de cinco pesos currency por año. Es imposible, por tanto, perder por causa de incendio o de robo nada de lo que se guarde en estos apartados…

 

 

Otro departamento que llamó nuestra atención fue el de “señoras”. Está elegantemente amueblado y se destina exclusivamente a operaciones que tengan que realizar las señoras que acudan al Banco y a fin de que puedan hacerlo de una manera conveniente y agradable. Constituye una de las originalidades de la nueva instalación del Banco y en Cuba es la primera vez que se establece…Saliendo del local que ha de ocupar el Banco propiamente dicho, un cómodo ascensor nos lleva a cada uno de los cinco pisos de que consta el edificio. Esos pisos están destinados a oficinas, siguiendo en esto a los famosos buildings de los Estados Unidos. Ya están instalados los escritorios de la conocida firma de “Regino Truffin y Ca.”, y Havana Bond and Trust Cy, y de F. Ruiz e Hijos, los afamados y conocidísimos corredores. En el escritorio de éstos pudimos admirar la colosal pizarra de cotizaciones en donde un experto, cambia cada cuarto de hora los tipos de valores con arreglo a las noticias que van llegando de la Bolsa de New York: es vertiginoso el movimiento que exige el concienzudo cuidado de esta especia de horario, mejor diríamos, minuteros de los valores…En otros departamentos de la casa se establecerán abogados, Comisionistas y hombres de negocios. En uno de ellos está ya instalado el distinguido abogado Lcd. Francisco García Garófalo notario del Banco desde hace algunos años y uno de los prestigiosos del foro por su talento, ilustración e integridad de carácter. Otras personalidades conocidas han pedido ya habitaciones para establecerse allí, buscando el confort y la situación céntrica de la casa.”

 

 

Durante el proceso constructivo el periódico El Economista, del 16 de junio de 1906, señalaba: “La estructura será de acero, muy sólida, componiéndose de 403 columnas de 35 pies de longitud y 32 pulgadas de base, los cuales sostendrán los cinco pisos de que constará el edificio. Este tendrá como base unos cimientos de espigones cubiertos de concreto de cuatro pies de espesor. Para la construcción de los cimientos fueron empleados 600 espigones. El sótano será completamente impermeable, hecho de concreto y de otros materiales que harán imposible la filtración. Todos los pisos serán de mármol, y en el primero la madera utilizada será la Majagua, mientras que en los restantes se usará el cedro”.

Sin dudas, una fábrica de esta magnitud no podía pasar por alto en la prensa de la época, cuyos representantes, como muestra el comentario, se personaron en el edificio antes de la apertura oficial, incluso, no se desanimaron ante el gran cartel que decía “Se prohíbe la entrada”. Había que ganar con ello la primicia de la presentación y asegurar su prestigio ante la pujante institución financiera.